Hace varios días que mis compañeros antitaurinos me comentaron este artículo aparecido el 28 de Julio y me instaron como psicóloga a rebatirlo. No lo pude leer en su momento y ahora que lo he conseguido me dispongo a decir algo, aunque, no sé si me atrevo a asegurar que será desde «la verdad llamada ciencia» como dice el Defensor del Menor madrileño, porque, para empezar, se me ponen un poco los pelos de punta cada vez que se habla de estudios científicos para respaldar una opinión de intereses. No quiero ofender a nadie, pero tengo la impresión de que este estudio como muy bien se dice a lo largo del artículo, quería saldar una polémica tan encarnizada como «toros si, toros no», que en la sociedad de Madrid puede ser realmente dramática.
La Historia está llena de aberraciones apoyadas en estudios de expertos en lo cuales, o bien se utilizan las variables adecuadas para que los resultados sirvan de manipulación de masas o los resultados se exponen de forma suficientemente ambigua como para confundir las opiniones.
No se tome esto como una crítica hacia mis colegas, todo lo contrario, (a algunos los conozco y merecen todo mi respeto y admiración), pero hasta los estudios llamados «científicos» tienen alguna servidumbre. Yo por ejemplo, si tuviera los medios y creyera que podría aliviar el sufrimiento que nos permitimos infringir a los seres inferiores en nombre de no se qué necesidades a instintos inconfesables realizaría otro estudio científico para demostrar justamente todo lo contrario.
Desgraciadamente no serviría de nada porque los instintos inconfesables son así, se defienden de una forma tan sutil que consiguen engañar al que los sufre haciéndole creer que persigue valores sublimes: arte, valentía, hombría y hasta ecología por permitir la existencia de este animal que (como dicen los taurinos ¿para que serviría?). Esto me recuerda un caso de cuando hace un tempo realizaba entrevistas a presos a su ingreso en prisión; como hace mucho tiempo, lo puedo contar. Este señor que entrevistaba era de otra nacionalidad que no voy a nombrar para evitar susceptibilidades y estaba acusado de agredir a su mujer. Pues bien, sus lágrimas llegaban al suelo en su desesperación, no por arrepentimiento, sino porque en su país se permitía pegar “a la mujer de uno”. Si nó, él no se habría casado porque se sentía incapaz de dominar a la mujer…
Él se quejaba de que su matrimonio con sus leyes no tenían por qué juzgarlo en otro país con otra cultura y otras leyes… Queridos lectores, les puedo asegurar que era un hombre de bien, responsable y cumplidor con sus hijos, tremendamente avergonzado por su ingreso en prisión, un buen hombre en suma, les juro que en mi afán empático casi, casi…. lloro con él… y no me lo tomen a ironía pero por esto creo que también entiendo a lo taurinos y a veces les dejo hablar del arte de las manoletinas…y en mi fuero interno ruego a todos los dioses para que esta locura colectiva se vaya apacigüando sin necesidad de más razonamientos sin necesidad de más estudios psicológicos, me da miedo que si suprimimos este medio de escape que la sociedad se proporciona como si fuera un rito “ndoep” africano, haría su aparición la enfermedad manifiesta y después de oír a los taurinos con que tono esgrimen sus sinrazones en algunos medios, pienso que la dependencia es mucha y la resistencia a la curación también.
Ahora también quieren involucrar a los niños en sus necesidades. No quiero hacer comparaciones macabras pero no hace falta ningún estudio psicológico para saber que un niño esta tremendamente condicionado por el medio, por su afán de integración y sobre todo por la autoridad paternal y si al padre le parece bien y si a los adultos fuertes les parece bien, a él le va a engrandecer soportar un espectáculo de hombres, desgraciadamente la prensa nos informa cada día del poder de adaptación de un niño sí ello conlleva el amor y la admiración del adulto.
No voy a hacer una disertación de psicología evolutiva, si tenemos interés podemos leer a Piaget y enterarnos de las etapas evolutivas de un niño y también pueden leer a Freud y el sentimiento de castración que le produce la visión de una muerte tanto más si se produce con un tremendo castigo con un gran despliegue de poder y sus teorías sobre el niño como perverso polimorfo y que tan delicadamente hay que cuidar en su educación, también Melanie Klein nos habla de las dificultades, temores y sentimientos de culpabilidad que producen en los niños normales o no, sus propios instintos. Porque sabemos todo esto y nuestros educadores infantiles lo saben crean las granjas escuela por ejemplo, para fomentar la sensibilidad del niño hacía seres inferiores y fomentan la ternura en un ternero por ejemplo. ¿Sinceramente creemos que los niños funcionan con tanta torpeza, como para no comparar el animal de la arena con el que han invitado a besar en la granja escuela? Ya en su tercera infancia (de los seis siete años a la pubertad) el pensamiento infantil va haciéndose más analítico y más sensible y la ley de contradicción, que es uno de los principios fundamentales del conocimiento, empieza a tener vigencia en el pensamiento del niño. ¿Qué padre se va a arriesgar a introducirle en semejante contradicción apoyándose simplemente en sus conocimientos educativos de padre biológico?
He comenzado diciendo que no iba a hacer una disertación psicológica y me mantengo, sin embargo voy a utilizar el mismo estudio de los “cuatro estudios” que alarmó a mis compañeros para hacer alguna reflexión.
Primero, nombran a Cataluña y nos puede llevar a equivoco, señores, en Cataluña se ha prohibido la construcción de cosos de tortura no nos engañemos, lo han considerado perjudicial hasta para los adultos.
Segundo, el estudio advierte “cuando se trata de niños psicológicamente sanos” ¡Ojo| ¿Quién lo evalúa? ¿Su padre con valores taurinos? ¿O será preceptivo un test psicológico pera la asistencia?
Tercero, el propio Defensor del niño se siente aliviado (perdón por la valoración) cuando admite que la cuestión tiene muchas y ricas vertientes por ejemplo que los niños no están interesados, que los niños lo consideran “cosas de mayores“ como cuando no entienden las peleas de los padres ni las quieren entender por el dolor que les produce y lo mejor, que hasta un 72% (porcentaje altísimo teniendo en cuenta la presión social) tienen alergia a las corridas que es el síntoma más rotundo que presenta un niño para que no le obliguen a hacer lo que no quiere.
Entiendo que uno de los mejores seres de la Historia dijera « dejad que los niños se acerquen a mí porque de ellos es el reino de los cielos ». Mis compañeros antitaurinos no tienen nada que temer, ese estudio se cae por su propio peso y nos da mil argumentos para seguir luchando en esta pequeña parcela de salud social-salud mental. No quiero terminar sin un escrito de Enrique Núñez que me ha producido una grata sensación de lluvia fresca en una tarde de Agosto «a las cinco de la tarde».
Mientras los hombres, mis hermanos, apagarán sus querellas aplaudiendo mis despojos, y celebrando una extraña Nochebuena en la que mi sangre debe lavar las huellas de los demonios que dominan sus vidas internas.
Sólo para mí, dicen la gloria está en la muerte cruenta.
Sólo para mí, dicen, la tortura es noble y buena.
Sólo sufriendo yo, dicen, son alegres las fiestas.
Sólo mi cuerpo acribillado, dicen, representa a la España eterna.
Agurtzane URIAS GASCON
Psicóloga Clinica
Publicación : « Diaro Vasco » du 25 Août 1999
« Un animal no puede defenderse: Si tú estás disfrutando con el dolor, disfrutando con la tortura, te gusta ver como está sufriendo ese animal …. entonces no eres un ser humano, eres un monstruo ».
José Saramago
Premio Nóbel de Literatura 1998